Introducción
Muchos creadores temen al fracaso, especialmente cuando ese fracaso es público.
Pero para John Wrot, diseñador de juegos de mesa y creador de The King’s Armory, su primer tropiezo en Kickstarter no fue el final, sino el principio de una lección poderosa: a veces fracasar barato es la antesala del éxito grande.
💬 “El fracaso no fue el problema. El problema hubiera sido no aprender nada.” — John Wrot
El primer intento y el golpe del fracaso
En 2013, John decidió lanzar su primer Kickstarter para su ambicioso juego de mesa The King’s Armory.
Con una meta de $72,000 y una duración de 40 días, el proyecto terminó con $25,279 recaudados de 362 patrocinadores.
Fue un golpe duro: después de meses de trabajo, el resultado no alcanzó la meta.
Pero, en lugar de rendirse, John eligió hacer algo diferente: preguntar y escuchar.
💬 “Me dolió fallar, pero sabía que la gente que me apoyó tenía algo valioso que decir.”
La iteración como estrategia
Tras el primer intento, John abrió un hilo en BoardGameGeek para recibir retroalimentación.
La respuesta fue directa:
👉 “El juego necesita mejor arte y diseño gráfico.”
El problema era que no tenía fondos para contratar artistas profesionales.
Entonces, John ideó una solución creativa: una minicampaña en Indiegogo con una meta de apenas $3,500, dedicada únicamente a financiar el arte del juego.
El resultado fue mejor de lo esperado:
Recaudó $3,774 gracias a 66 patrocinadores apasionados, e invirtió cada dólar en mejorar el arte y el diseño.
💬 “No era una gran campaña, pero fue suficiente para dar el siguiente paso.”
El relanzamiento triunfal
Con una meta más realista de $49,000, John relanzó The King’s Armory en Kickstarter.
El primer día superó los $20,000.
Y al final de los 30 días, alcanzó $90,389 de 815 patrocinadores 🎉.
Lo que había comenzado como un fracaso se transformó en un éxito tres veces mayor.
John no solo demostró que el juego tenía potencial, sino que su comunidad estaba dispuesta a apoyarlo cuando veían mejoras reales.
💬 “El secreto no fue la suerte. Fue escuchar, corregir y volver más fuerte.”
La filosofía del “fracasar barato”
El error no fue fallar. El error habría sido rendirse o no aprender nada del proceso.
John entendió que fracasar barato —es decir, probar en pequeño, cometer errores con bajo costo y aprender rápido— era una estrategia poderosa.
En el mundo digital, este enfoque se conoce como iteración ágil, y aplica tanto al diseño de productos como al arte, la música o el cine.
John no solo relanzó un juego: creó una mentalidad de aprendizaje continuo.
💬 “Cada intento me acercó más al juego que realmente quería crear.”
Una lección para creadores
La historia de John Wrot enseña que el fracaso en crowdfunding no es un final, sino una herramienta de aprendizaje.
Probar en pequeño, escuchar feedback real y mejorar constantemente puede ser la diferencia entre rendirse o triunfar.
El éxito llega cuando usas el fracaso como trampolín, no como excusa.
💬 “Si no estás dispuesto a fallar, tampoco estás listo para triunfar.”
Conclusión
John Wrot transformó un tropiezo en una victoria.
Lo que comenzó como un proyecto fallido se convirtió en una historia de éxito gracias a la humildad, la escucha y la perseverancia.
El crowdfunding no se trata de lanzar y rezar.
Se trata de probar, ajustar y volver a intentar hasta encontrar la versión más fuerte de tu idea.
💬 “Fracasar barato no es perder: es entrenar para triunfar grande.” — John Wrot
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👉 Descubre nuestra guía: De Kickstarter a Patreon: el futuro del financiamiento. – Crowdfunding InCresc
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